Un estado de privación o falta de recursos para poder adquirir una “canasta de bienes y servicios” necesaria para vivir una vida mínima mente saludable.
Permitió definir dos tipos de pobreza, la “pobreza primaria” y la “pobreza secundaria”.
En pobreza primaria vivían aquellas “familias cuyo ingreso total no era suficiente para obtener el mínimo necesario para mantener un funcionamiento puramente físico”. En pobreza secundaria vivían las familias que podían alcanzar ese mínimo pero no disponían de excedentes.}
Estamos aquí frente a lo que habitualmente se denomina pobreza absoluta y es aún hoy la medida global mente más usada para determinar la extensión de la pobreza, tal como lo muestran los cómputos realizados por el Banco Mundial en base a una “línea internacional de pobreza”.
Pobreza relativa
Varía con el desarrollo social que va determinando, en cada época y sociedad, aquel mínimo de consumo bajo el cual más que ver amenazada la supervivencia se cae en un estado de exclusión o imposibilidad de participar en la vida social.
El riesgo es llegar a una relativización total de “la pobreza” siguiendo la famosa frase de Mollie Orshansky acerca de que “la pobreza, como la belleza, está en el ojo de quien la percibe”. Además, las expectativas sociales se mueven constantemente en la medida en que una sociedad se desarrolla, elevando sucesivamente nuestra vara de medir el umbral de lo que Smith llamaba “ese deshonroso grado de pobreza
También se puede llegar a la conclusión que la pobreza aumenta al aumentar el bienestar general de una sociedad ya que las expectativas sobre el “mínimo social mente aceptable” pueden aumentar más rápidamente que el bienestar real de la población.
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